Un accidente significativo
Bailaba y reía y saltaba la niña de rojo. Una pequeña criatura de aproximadamente siete años con un típico traje de niña de esa edad, vestido rojo con cinta roja a conjunto con unos bonitos zapatos rojos.
En frente de correos, un cartero llegaba con las cartas que debían llegar a algún lugar del planeta, supuestamente en menos de una semana. Una carta muy especial se escondía dentro del saco del cartero en espera de ser abierta por la persona adecuada. El cartero, orondo y malhumorado, subió las escaleras del edificio farfullando incoherencias. Entró y se detuvo en las casillas de las empresas para ir metiendo en ellas parte del saco que llevaba.
Y la niña seguía riendo, corriendo, saltando alegremente mientras su madre hablaba sin tapujos con una conocida sobre su ruinosa vida social.
Estaba observando desde la terraza de enfrente. Su cliente llegaría pronto. Estaba ahí para asegurarse de que recibía el paquete. Mientras, un Whisky con soda alegraba su espera.
Un mercedes se acercaba a la puerta de la oficina de correos. Negro, reluciente y con cristales tintados para no poder ver el interior. Reduciendo aún su velocidad, la puerta del acompañante se abrió rauda y dejó caer en la soleada calle unos pies con zapatos de Gucci.
Sudoroso salió el cartero de la oficina de correos con la bolsa casi vacía. Sólo le faltaba repartir unos paquetes para terminar su jornada. Tropezó a la salida con la madre de la niña, resultando de ello una pequeña discusión sobre educación, machismo y valores morales con un tono más alto de lo normal en una conversación adulta.
Mientras, la niña, harta de saltar, se entretenía con un pedazo rojo parecido a una cinta entre sus manos. Lo miraba, lo acariciaba, lo desplegaba.
El espectador silencioso observaba como la mujer con unos zapatos de Gucci entraba precipitada a la oficina de correos. Casi había terminado su Whisky con soda. Cuando ésta entró definitivamente en correos se fijó momentáneamente en la discusión empezada por el cartero y la madre, calculando el tiempo que tardaría en salir la mujer de Gucci corriendo de la oficina.
La niña se acercaba con curiosidad a la discusión, jugando con su cinta.
El cartero tiró su bolsa a un lado, haciendo gestos violentos en el aire y amenazando tanto a la madre como a su amiga.
El espectador terminó su whisky, se levantó y dejó un billete como propina. Se puso con tranquilidad su cazadora y empezó a cruzar la ancha calle.
Sonaba el claxon del mercedes cuando la mujer salió de la oficina con cara consternada. Bajaba rápidamente y a trompicones mientras se acercaba el espectador hacia el coche.
La niña cogió un sobre rojo de la cartera del cartero y empezó a jugar feliz con el sobre.
El espectador, con una vista bien entrenada, se daba cuenta en ése momento de que algo no cuadraba, y empezó a meterse la mano en la chupa y a andar más despacio. Observando la escena que se presentaba ante él:
Una mujer, que debía estar contenta, bajaba azorada. Otras dos discutían con un cartero orondo y sudoroso. El mercedes parecía ponerse en marcha, y una niña jugaba con el montón de cartas del cartero.
Silencioso, levantó una pistola y, apuntando hacia el mercedes, disparó dos veces. Dos disparos, dos aciertos. En ese momento se dió cuenta de la situación.
La mujer, al oir los disparos, se quedó petrificada buscando el origen de ellos, pues imaginaba ya la causa. Al momento, vió al espectador que empezaba a apuntar hacia ella, gritando algo que no pudo oir.
El cartero, la madre y la amiga se giraron hacia el mercedes y empezaron a oir los gritos de desespero del espectador.
La niña seguía jugando con las cartas. Específicamente con su preferida, la roja.
El espectador, comprendiendo qué iba a pasar apuntó hacia la niña con su pistola, gritando "no la toques, no la toques" mientras retrocedía.
La mujer se giró hacia la niña en el momento en que una bala impactaba en el brazo de ésta, y comprendiendo, sonrio con ironía.
La madre empezó a gritar al oir el disparo y se avalanzó hacia su niña.
El cartero y la amiga empezaron a correr como buenamente podían.
La niña recibío el impacto de bala en el brazo en el momento en que estaba abriendo el sobre. El brazo se impulsó hacia atrás con fuerza a causa del disparo. Ella empezó a chillar a causa del dolor. Por suerte, el dolor duró poco.
Una explosión controlada acabó incinerando casi completamente los cuerpos de la mujer de Gucci, aun sonriendo, la madre, su amiga y el cartero. Y sobretodo la niña. La onda expansiva acabó impulsando al espectador hacia la terraza de donde había venido, tirando con ello la mesa en donde el vacio vaso de Whisky y el billete de propina esperaban la venida del camarero.
El espectador se quedó mirando al suelo aturdido durante un tiempo, hasta que cayó delante de él un trozo de lazo rojo requemado, adjunto a unos cuantos pelos rubios.
El mercedes explosionó debido a la cercanía del fuego creando un poco más de caos en la ya ruinosa calle.
En ese momento se levantó y se fué del escenario, lenta, muy lentamente, mientras la gente se acercaba a ver lo sucedido.
I'm not a perfect person
There's many things I wish I didn't do
But I continue learning
I never meant to do those things to you
And so I have to say before I go
That I just want you to knowI've found a reason for me
To change who I used to be
A reason to start over new
and the reason is youI'm sorry that I hurt you
It's something I must live with every day
And all the pain I put you through
I wish that I could take it all away
And be the one who catches all your tears
That's why I need you to hearI've found a reason for me
To change who I used to be
A reason to start over new
and the reason is you [x4]I'm not a perfect person
I never meant to do those things to you
And so I have to say before I go
That I just want you to knowI've found a reason for me
To change who I used to be
A reason to start over new
and the reason is youI've found a reason to show
A side of me you didn't know
A reason for all that I do
And the reason is you
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