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jueves, 11 de octubre de 2007

El metro

Pocas cosas en una ciudad grande son más interesantes que su própio sistema de comunicación. Desde la primera vez que entré en un metro me quedé prendado de éste sistema de transporte tan especial.

No és un simple autobus, un tren o cualquier medio de transporte visto hasta ahora, los cuales son muy impersonales.

Es un modo de vida.



Desde el momento que entras en el metro, es como si entraras en una nueva dimensión. Como Alicia entrando en la madriguera de conejo. Los olores, la sensación de saber que estás bajo tierra, el simple hecho de ver una multitud de personas caminando de forma decidida de una parte a otra del metro, como un gran torrente sanguíneo en una vena, que siempre sabe hacia donde va.

No solo es la sensación, sino el saber que en cualquier momento puedes encontrar a alguien con quien hablar. El metro permite extrañas conversaciones. El hecho de estar en el metro, el saber que saldrás cuando quieras en cualquier parada, y la gran diversidad de culturas y clases sociales que se arrastran por los mismos asientos, hace que, a veces, conectes con una persona, ya sea por un comentario casual, algo que está leyendo uno de los dos, o cualquier coincidencia fortuita, y consigas así pasar un rato agradable e instructivo. Sin siquiera preguntarte quien es, como es o incluso si es peligroso.

Éste acercamiento de culturas, ya es de por sí casi imposible en la vida normal, en donde tu estatus social marca sin ningún tipo de dudas qué tipo de personas conoceras, caerás bien o te acercarás sin miedo.

Pero aún no contentos con eso. Culturamente, también es un mundo aparte. Sólo viajando, la gente devora libros, revistas y cualquier cosa que le pongas delante cuando va solo. Tanto es así, que poco a poco hay más ofertas interesantes bajo la ciudad. Librerias gratuitas(cosa que me fascina de Madrid), graffitis(infravalorados y despreciados), cantantes de todo tipo, pinturas.... Todo tiene cabida bajo la ciudad... y solo por ello se merece el preferente puesto de primer centro cultural de nuestra sociedad actual.

Ojala todos los pueblos y ciudades tuvieran metro. Para mí es una expansión cultural sin precedentes, a su vez que práctica, ya que te permite aprender, socializar y olvidarte de las distancias dentro de la propia ciudad. Aunque arriba el mundo siga igual de terrible y lacerante que siempre. Las prisas son malas compañeras.

2 comentarios:

  1. Además, se te ha olvidado comentar algo: los metros son escenarios que dan muy bien desde el punto de vista dramático. Se pueden hacer despedidas super trágicas y modernas, persecuciones emocionantes, escenas de terror... son como un todo a 100 de la vida urbanita.

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  2. Claro... es una area inexplorada y en expansión. Como siempre pasa con las áreas inexploradas y en expansión, son todas un peligro andante hasta que se controlan. Yo le tengo más miedo a la casualidad.. imagina que un tio corriendo, oye el pito del metro que llega, pensando que se va.. y al girar, tropieza con la gente que hay esperando y tira a varios a las lineas del metro. :_) Desde que lo he imaginado esta mañana que no me quedo en la boca de entrada.

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